De alguna manera, ya pasaron cuatro años desde los singulares playoffs de la Copa Stanley de la NHL de 2020. En este día de 2020, los St. Louis Blues estaban en la burbuja de Edmonton para defender su campeonato de la Copa Stanley. Hoy, reflexionamos sobre esa postemporada única y la corta defensa del título que les esperaba a los Blues.
Los Blues pasaron la fase de grupos sin lesiones, pero su récord en el torneo fue de 0-2-1. Además, el portero Jordan Binnington tuvo sus momentos bajos, permitiendo siete goles en total en sus dos partidos como titular. Vladimir Tarasenko, que estaba volviendo de una lesión, seguía dando señales de no estar al 100%. El equipo también perdió el disco muchas veces. Apenas hubo presión en la zona de ataque. Además, el power play solo marcó una vez en tres partidos.
Sin embargo, no parecía que fuera necesario apretar el botón del pánico. «Los partidos no contaban para nada más que para la clasificación. Los Blues tenían tres partidos para identificar problemas y hacer ajustes para cuando los partidos realmente empezaran a contar. El equipo había superado adversidades y desafíos durante más de un año hasta ese momento. Claramente, la fase de grupos no sería una señal de lo que vendría. Los campeones defensores estarían bien», expresó el entrenador de los Blues.
Los Blues se enfrentaron a los Vancouver Canucks en la primera ronda. Los Blues perdieron los dos primeros partidos. Los partidos fueron reñidos, pero los Canucks se impusieron con goles importantes cuando era necesario. «Bo Horvat estaba teniendo un buen comienzo de la serie. El delantero de los Canucks marcó cuatro goles en los dos primeros partidos. Además, uno de esos goles fue el gol de la victoria en el tiempo extra del segundo partido», comentó un analista deportivo.
Los Blues se encontraban 2-0 abajo sin haber tenido ni siquiera una ventaja en ninguno de los partidos. Su defensa del título estaba en peligro. Para colmo de males, «Vladimir Tarasenko sería eliminado de la alineación debido a que su hombro todavía le duele. Además, el mayor problema de los Blues era la misma persona que había sido su mayor activo hace apenas una temporada. Jordan Binnington había concedido nueve goles en los dos primeros partidos», afirmó un fanático de los Blues.
«Los problemas de Binnington dejaron a los Blues con pocas opciones. Para mantener vivas sus esperanzas de ganar el título, los Blues recurrieron a Jake Allen en la portería para el tercer partido», aseguró un experto en hockey. Con Allen, los Blues volvieron a jugar como si hubieran ganado el partido de 2019. Brayden Schenn anotó el gol de la victoria en el tiempo extra en el tercer partido. La noche siguiente, Ryan O’Reilly anotó dos veces. En un abrir y cerrar de ojos, los Blues volvieron a la acción. La serie estaba empatada.
«La presión en la zona defensiva también volvió a aparecer», concluyó un comentarista deportivo. A pesar de los contratiempos, los Blues demostraron su valentía y determinación para intentar defender su título. Aunque no lograron avanzar más allá de la primera ronda, dejaron todo en la pista y lucharon hasta el final. Eso es lo que hace del hockey un deporte emocionante y impredecible, donde todo puede suceder en un instante.