El legado de Ray Shero como gerente general de los Pittsburgh Penguins ha dejado huella en la historia del equipo. Durante ocho años llenos de acontecimientos, Shero tomó decisiones clave que ayudaron a moldear la era dorada de Sidney Crosby, Evgeni Malkin y Kris Letang en la franquicia.
Una de las decisiones más impactantes de Shero como gerente general fue el despido del entrenador Michel Therrien en febrero de 2009 a mitad de temporada, reemplazándolo por Dan Bylsma. Esta audaz movida resultó en la victoria de la Copa Stanley en 2009, demostrando que era una decisión crucial en el camino hacia el éxito.
Otro movimiento emblemático de Shero fue el intercambio del defensa Alex Goligoski a los Dallas Stars en 2011, a cambio de James Neal y Matt Niskanen. Este cambio fortaleció tanto la ofensiva como la defensiva del equipo, con Neal convirtiéndose en un goleador prolífico y Niskanen en un defensor confiable en la línea azul.
La adquisición de Marian Hossa y Pascal Dupuis de los Atlanta Thrashers en 2008 a cambio de varios jugadores también se destaca como un acierto de Shero. Además, traspasó al defensa Ryan Whitney a los Anaheim Ducks por Chris Kunitz y Eric Tangradi, lo que resultó en un impulso significativo para la alineación de los Penguins.
Kunitz, en particular, se convirtió en una pieza clave en el éxito continuo de los Penguins, ganando tres Copas Stanley con el equipo. Su química con Sidney Crosby lo convirtió en un componente vital del núcleo del equipo durante años, demostrando que la visión de Shero tenía un impacto duradero en la franquicia.
En resumen, las decisiones de Ray Shero como gerente general de los Pittsburgh Penguins dejaron un legado imborrable en la historia del equipo. Aunque algunas de sus movidas fueron cuestionadas, su contribución al éxito y la grandeza de los Penguins es innegable. Como escribió Michael Saunders en el Pittsburgh Post-Gazette, «Shero sentó las bases para la era de oro de los Penguins, y su huella se seguirá sintiendo en la franquicia durante años».